Son las 11.30, quiero estudiar pero debo contarles que me encontré a Montse en un café medio rarito ubicado en.... la verdad no sé dónde estaba, tendrán que preguntarle a Montse. Estuvo buena la plática, ya ven que Montse casi no habla. No sé por qué me dirijo a ustedes como si fueran muchas personas las que me leen. Sólo Cristy me lee de vez en cuando.
Como sea, vengo a contarles que estoy muy contenta a pesar de que me ha ido medio mal en la escuela (hablando de calificaciones). Ahorita ya no voy a la facultad, de lunes a viernes estoy en el hospital y todos los días veo lo más más bonito de la medicina: Pacientes.
Para los que no saben estoy en CMNsXXI, dígase un IMSS muy grandote y muy bonito pero, pinche IMSS a final de cuentas en el que a veces no hay guantes y cubrebocas suficientes. He estado ya en oncología y en gastroenterología y la verdad he descubierto algo muy importante. Hay dos clases de doctores: Los doctores que son buena onda y ven a los pacientes como personas y siempre procuran tratarlos lo mejor posible (ya saben, para hacer el curso de la enfermedad más ligero y bla bla bla) y los doctores mamilas que pues... son mamilas y punto. Hasta ahora creo que yo soy de las "doctoras" buena onda. Claro, aún soy estudiante pero frente a los pacientes nos presentamos como doctores.
Ya tengo hasta mi discurso preparado para cada vez que voy a ver a un paciente internado:
Hola buenos días/tardes soy la doctora Andrea, usted es NOMBRE verdad? Cómo está? Cómo se siente? Vengo a hacerle unas preguntitas y a revisarlo.
Y hasta ahorita todos los pacientes han sido muy amables conmigo.
Amo el hospital, de verdad. Aunque a veces me desesperen algunas doctoras y algunos residentes medios mala onda... es bastante agradable toparte con todo tipo de personas. Con decirles que una vez atendimos a un paciente que es chef y hasta consejos de cocina nos dio.
Después del hospital me voy a mi casa o me voy a la facultad dizque a la biblioteca pero siempre termino encontrando a alguien y comiendo con ese alguien.
No sé realmente por qué les cuento todo esto. Supongo que la vida de todos ha cambiado mucho en dos años no? Hoy que encontré a Montse me di cuenta que sí, que dos años parece poco tiempo pero, es tiempo suficiente para el cambio.
Acá un doctor dice que sólo hay dos cosas seguras en la vida: el cambio y la muerte. Ese miserable me cae mal pero tiene toda la razón.